El argentino Arnoldo Miguel Kalbermatter es egresado de la Universidad de Córdoba con título de especialista en cardiología por Entre Ríos y cuenta con dos pasantías en Texas y California de principio de los años 90. En la actualidad es director del Sanatorio Adventista y docente de semiología de la Universidad Adventista del Plata. Además, participa en todo tipo de jornadas, cursos y congresos ya sea como disertante o asistente. En esta entrevista arguye que en los últimos años el empleo de la tecnología ha sido tan arrollador que ha escorado la propedéutica y la exploración clínica. Practicum Script casa con el abordaje que defiende.
Madrid, 9 de mayo de 2019. Hace exactamente un mes fue el día de la cardiología en Argentina. ¿Cuál es el estado de la especialidad en su país?
Tenemos una Cardiología muy desarrollada que nos llena de orgullo. Ese desarrollo tiene que ver con grandes personajes de la medicina que han creado las bases para que a través de dos grandes entidades, que son la Federación Argentina de Cardiología y la Sociedad Argentina de Cardiología exista una gran mejora desde el punto de vista académico, de estructuras e infraestructuras. En general creo que la especialidad se encuentra en un muy buen momento, aunque siempre hay que seguir mejorando y aportando.
En este contexto, ¿qué es lo que le aporta el programa de Practicum Script como herramienta de desarrollo profesional continuo?
Ha sido experiencia excelente. Es una plataforma diferente a lo que uno hace en cursos online o presenciales. Estimula cosas que se han ido perdiendo como el desarrollo del razonamiento clínico ante un paciente y cómo se van creando las hipótesis de diagnóstico, las hipótesis terapéuticas o los estudios que se le deben hacer. Además, está la posibilidad de comunicarse con distintos expertos acerca de propuestas diferentes. En general, ha sido muy bueno y entretenido. Había momentos en que solo esperaba a que llegara el caso para resolverlo.
¿De estos 30 casos de Practicum puede comentar alguno especialmente significativo?
Hubo algunos casos de cardiopatía isquémica en gente joven de 30-35 años, algo que antes solo se veía en gente mayor. También se vieron casos interesantes de la práctica clínica que despiertan la posibilidad de que podamos estudiarlos de forma diferente. Por ejemplo, el nacimiento anómalo de una arteria coronaria o un trayecto de arteria coronaria que estaba alterado por alguna razón. Asimismo, había casos habituales que nos ayudan a repasar conceptos, lo cual es muy importante porque están fundamentados en las opiniones de expertos.
¿Podría decir si este curso funciona como un acicate para actualizarse y reforzar la educación médica?
Absolutamente. El curso sirve para estimular el razonamiento médico a través de un ida y vuelta muy ágil con todo lo que uno pueda proponer. Había alguna hipótesis que pensaba que podía ser acertada, entonces la enviaba e inmediatamente tenía la devolución. Esta retroalimentación es un gran acicate para reforzar la educación médica.
¿Puede decirse que el juicio clínico se entrena? ¿Se puede trabajar la condición de experto?
El juicio clínico es una de las cosas que más defiendo. Al haber dado clases de semiología creo que es muy importante escuchar en todos los sentidos al paciente, lo que dice a través del diálogo su expresión verbal y lo que dice también su organismo por medio de un examen físico. Estas son artes que se van perdiendo con el tiempo y a veces los médicos nuevos ven un paciente y le hace directamente un estudio o una tomografía. Sin embargo, no desmenuzan cómo es el dolor que tiene el paciente, cuánto tiempo le duele, qué lo calma, qué lo hace aumentar, etc. Me gustó el abordaje de Practicum porque que daba todas las condiciones de la sintomatología de manera ordenada, como debe ser en la práctica, y no yendo a estudios de alta complejidad que encarecen mucho la práctica médica.
Practicum Script incide sobre la controversia y la incertidumbre. ¿Cabe una lectura positiva del error?
Por supuesto. Es importante y también el programa nos daba la posibilidad de discutir hipótesis no concordantes con la de los expertos y al recibir la respuesta había una autocrítica. Y es a partir de esta autocrítica que se puede hacer una lectura positiva del error, porque te das cuenta de que la hipótesis fue declarada no válida por razones sólidas. Los médicos no somos perfectos y es de esta forma en la que podemos crecer.
Mencionaba usted que es docente en semiología. ¿En qué consiste la semiología clínica y por qué es importante?
Es el arte de un correcto abordaje al paciente a través de una buena anamnesis. Preguntar correctamente, escuchar y desmenuzar cada uno de los síntomas para después llevarlo a una mesa de examen. Esto con el tiempo se ha ido perdiendo por la vorágine de la falta de tiempo que tenemos los médicos. Entonces mandamos al paciente a la máquina y ella nos dice, por ejemplo, si tiene calcio en las arterias coronarias, pero no escuchamos correctamente el síntoma de una angina de pecho o de una disnea: qué clase de disnea es, cuáles son los factores que la profundizan o la hacen calmar, etc. Muchas veces el diagnóstico está en escuchar al paciente y desmenuzar sus síntomas.
Hay quienes dicen que aprendemos una medicina basada en los síntomas y no en las causas. ¿Qué opina usted?
Buenos, los síntomas son realmente muy importantes porque nos llevan a un correcto diagnóstico, pero tratar los síntomas y no tratar la causa es un error gravísimo y es una medicina muy superficial. Solo después de ver bien los síntomas podemos encontrar la causa de una enfermedad. Por ejemplo, si viene un paciente con dolor de cabeza hay que analizar los síntomas y a través de ellos ver si la causa es una simple sinusitis o un tumor cerebral.
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