La Fundación Practicum ha asistido a la conferencia ‘Looking Ahead in Progress Testing 2018’, organizada conjuntamente por la Facultad de Medicina de la Universidad de Exeter (Inglaterra) y la Junta Europea de Asesores Médicos (EBMA, por sus siglas en inglés). Destacados oradores expertos en el campo de la evaluación médica han expuesto sus conclusiones en torno a las pruebas de medición del progreso en el ámbito universitario. La apertura ha corrido a cargo del Prof. Dr. Cees van der Vleuten, consultor internacional de Practicum Script y director de EBMA.
Exeter, 21 de junio de 2018. “Las pruebas de progreso fomentan el aprendizaje a largo plazo y proveen de información muy útil a las escuelas y a los propios estudiantes”. Estas son las ventajas de la visión del futuro de las escuelas de medicina que propone el Prof. Dr. Cees van der Vleuten, miembro del consejo académico internacional de Practicum Script. Se refiere a los test basados en escenarios de respuesta múltiple periódicamente administrados a los alumnos de acuerdo a un determinado plan de estudios y lo ha hecho al amparo de un encuentro organizado en Exeter por la Facultad de Medicina de la universidad de la ciudad inglesa del estado de Devon y la EBMA. El Prof. Dr. Adrian Freeman, organizador de la conferencia, firma con él un artículo en el que suscribe sus palabras.
Durante la sesión plenaria de apertura, el Prof. Dr. van Der Vleuten ha indicado que “la estandarización de los test de progreso traería consigo una reducción significativa del costo de la evaluación sistemática, un aumento de la calidad de la medición en sí misma y una retroalimentación muy valiosa para los estudiantes y las facultades”. Además, ha sugerido que proporcionaría más libertad y recursos para una evaluación más creativa y atractiva dentro de la escuela. En concreto, el facultativo estima que los costos de los test de módulos son tres veces más altos que los de los test de progreso y en los Países Bajos ya se han instalado en seis de las ocho escuelas de medicina, administrándose a diez mil estudiantes. “¿Se imaginan el potencial de extrapolar esta sinergia al mundo anglosajón?”, ha inquirido a la audiencia el que es también director de la Escuela de Profesiones de Salud de la Universidad de Maastrich (Holanda).
Los test de progreso constituyen ya una estrategia de evaluación low-cost. La dinámica que el profesor holandés imagina pasa por el hecho de que las escuelas tendrían que contribuir anualmente con algunos ítems de calidad a un banco central y habrían de acordar un calendario de acciones. Esto acarrearía una factura asociada a la central administrativa y la psicometría, pero el Prof. Dr. van der Vleuten está convencido de que cuantas más escuelas se integrasen más marginal sería el coste. EBMA ofrece pruebas de progreso en un formulario de adaptación en línea que permite una reducción de la duración de la prueba de aproximadamente un 50%, mientras que la fiabilidad se sitúa por encima de 0,90. “Este test probablemente arroje la forma más barata de evaluación por unidad de información para diferenciar la competencia cognitiva de los estudiantes, mientras promueve un aprendizaje significativo”, ha apuntado.
Enfoque adaptativo
Confiabilidad, validez, aceptabilidad, costes e impacto educacional se alinean del lado de los test de progreso de cara al mañana de la educación médica. Son particularmente ventajosos y flexibles para los estudiantes en sus primeros años de carrera. Con cada prueba se desarrolla un nuevo cuestionario o simplemente se agregan nuevos elementos o se revisan los disponibles en el banco de ítems. De este modo, “las pruebas repetidas mejoran el aprendizaje y apuntalan el andamiaje para el aprendizaje futuro”. De hecho, según el Prof. Dr. van der Vleuten, “existen altas correlaciones entre las pruebas de progreso, permitiendo la detección temprana de estudiantes de bajo rendimiento y oportunidades para remediarlo de forma temprana”.
Por otra parte, con un enfoque integral en tests de progreso se disipa la preponderancia de los exámenes nacionales de licencia. Estos exámenes podrían seguir siendo útiles como herramienta para obtener la licencia, pero no tanto como objeto educacional. “Las pruebas escritas predicen otras futuras pruebas y los test de progreso han demostrado prever con precisión el rendimiento de los exámenes profesionales de titulación”, ha aseverado el Prof. Dr. van der Vleuten. En su opinión se trata de un win-win clarísimo por el que las escuelas establecen un marco comparativo de resultados, mientras que los estudiantes se benefician del feedback. “Con una prueba de progreso periódica, tendríamos una visión certera del conocimiento de un alumno”, ha destacado. Es más, con el viraje hacia el aprendizaje basado en competencias, “los test de progreso cubrirían la necesidad de formas más precisas de evaluación y de apreciación de comportamientos”.
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